Mapa fundamental de mi Hoja de Ruta

HECHO SEXUAL HUMANO

La Sexología maneja un “mapa” que nos orienta en la complejidad de registros, procesos y dimensiones que nuestra sexualidad compromete.

Hay quien llama “sexo” a los genitales o a determinadas prácticas como el coito. Aclarar que una cosa son los genitales que se tienen, otra la práctica que se hace y otra el sexo que se es.

Es importante atender todos estos registros partiendo de la base fundamental que es el sexo que somos, que nos diferencia, nos identifica y nos significa. A partir del que descubrimos el anhelo de sentirnos, sensarnos y desearnos; a veces en un encuentro con otros para comunicarnos, amarnos y gozarnos; y si el encuentro es de calidad disfrutar de la sinergia para compartirnos, proyectarnos y satisfacernos.

El sexo del que hablamos es un agente productor de diferencias, somos diferentes gracias a nuestra condición SEXUADA, que no es un hecho con dos formas polarizadas, masculina o femenina; sino una infinidad de matices masculinos y femeninos que nos conforman en el proceso de sexuación, que se expresa de forma única en cada cual, generando tantas formas diversas de ser hombre o mujer, como hombres o mujeres hay.

El sexo es un agente que genera DIFERENCIACIÓN, DIVERSIDAD y singularidad; y por tanto resulta un factor fundamental en la estructura de la personalidad, la identidad y la noción de sí, que debe ser acompañado y educado con criterios de calidad.

El sexo se refiere a un hecho que se desarrolla en un proceso PROCESO DE SEXUACIÓN, por el que nos vamos sexuando a lo largo de toda la vida, con rasgos de ambos sexos.

Gracias a este proceso, vamos adquiriendo una fundamental conciencia de sí (yo) y como consecuencia, de la conciencia de los demás. Esta CONDICIÓN VINCULAR Y RELACIONAL se posibilita a partir de esta clasificación y nos aporta los beneficios que el vínculo, la comunicación y el placer compartido dan.

Nuestra condición sexuada aporta la SATISFACCIÓN del sentido de pertenencia a un grupo de iguales y de reconocer al otro, de experimentar las sensaciones placenteras de nuestro cuerpo a solas o compartidas, de experimentar el deseo y sentir que te desean.

En este diálogo entre la necesidad de individuarnos, de relacionarnos y de experimentar, vamos realizando aprendizajes y estructurando nuestra personalidad en un recorrido biográfico o proceso de sexuación lleno de asuntos y experiencias, frente a los que una educación y atención de calidad debe posicionarse en modo acompañamiento facilitador.